a delincuencia organizada es una problemática no  exclusiva del centro o de la costa del país. Con otra estética, otras influencias y otros modos de operación,  el sur de México y el norte de Centroamérica presentan una particular y que data de los años ochenta: La Mara Salvatrucha.

A comparación de los narcos, los maras han sido pocas veces retratados en el cine o la literatura nacional. Rafael Ramírez Heredia publicó en 2004 “La Mara”, novela que Luis Mandoki adaptó para cine con el nombre “La vida precoz y breve de Sabina Rivas” estrenada el año pasado así como el volumen  “De los maras a los zetas”, trabajo periodístico de Jorge Fernández Menéndez y Víctor Ronquillo.
Un caso aparte es “Sin nombre”,  primer largometraje de Cary Joji Fukunaga, director norteamericano, estrenada en 2009. La idea de la cinta surgió después de un cortometraje realizado en 2004, Victoria para chino, donde se narra la historia de un grupo de indocumentados que mueren sofocados en un camión en Victoria, Texas.
“Sin nombre” presenta dos situaciones comunes en esa parte del continente: por un lado la manera en que funciona una célula de La Mara, desde sus ritos de iniciación hasta sus códigos de ética y las formas en que se cumplen, y por otro, las vivencias de los migrantes indocumentados que intentan llegar a Estados Unidos buscando una mejor calidad de vida.

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Miguel Ángel Avilés (Guadalajara, 1981). Egresado de Letras Hispánicas, Universidad de Guadalajara. Periodista, editor, gestor cultural, productor y locutor de radio. Ha colaborado con diversos medios del país como Milenio Diario Jalisco.