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"Uno debe ser capaz
de colocarse en las infortunadas
vidas de algunos"
REVELACIONES DEL COMISIONADO NACIONAL DE SEGURIDAD
RENATO
SALES HEREDIA
* Para qué le sirve la formación humanista, la poesía, la música…
* ¿Qué hacer con el crimen? 

Por José Landa

 

Sorprendidos ante su formación sui géneris, no por lo que represente el solo hecho de estudiar filosofía, jurisprudencia, hacer poesía y tocar el piano, sino porque al común denominador de la sociedad “informatizada” le cuesta entender que un funcionario judicial, estratega o persecutor, como Renato Sales Heredia, el Comisionado Nacional de Seguridad desde 2015, pueda tener sensibilidad y logre que “la inteligencia venza a la fuerza”.  

Cuando lo nombraron Zar Antisecuestros (y publicamos esta entrevista) hubo incluso conductores de noticias capitalinos que dudaron de su vena poética y la voracidad lectora de asuntos aparentemente opuestos: lo jurídico y judicial versus lo poético y filosófico, lo político versus lo humanístico. “A ver, ya en serio, dígame sin pensar unos versos que recuerde en este momento” –le exigieron, retándolo, y perdiendo el reto, ya que imaginaban que se trataba del convencional político al que le gusta presumir “de culto” sin serlo. 

No fue el caso del payaso “más serio” de la televisión mexicana, Broso, que le preguntó a Sales Heredia, el 29 de enero en su “El mañanero” de W Radio, por el “tigre que te has sacado en la rifa una vez más…”. El personaje representado por Víctor Trujillo aclaró: “No es personal, se sabe de tus buenas calificaciones, se sabe que la percepción entre la clase política y la clase no política hay muy buena percepción de ti”.

Lo también real es el problema que le toca atender al abogado campechano, y aquí, como en la literatura, la filosofía, y las aulas de la abogacía, el crimen no distingue clases sociales ni económicas, coeficientes intelectuales mayores o menores, inteligencia o ferocidad gubernamental, y le corresponderá dirigir la estrategia de un delito en particular: el secuestro, que alcanza los índices más altos en México: más de 23 por ciento, porcentaje que aumentó entre 2012 y 2013, encendiendo los focos rojos del Gobierno de la República en diciembre del año pasado. 

Vaya, la presidenta de la asociación civil “Alto al Secuestro”, Isabel Mirada de Wallace, declaró que, con base en sus propias estadísticas, sumas y restas –no oficiales– obtenidas según sus propios cálculos, las dimensiones de este delito son mayores a las divulgadas oficialmente y han incrementado incluso en la actual administración federal, según da a entender la también ex candidata a jefa de Gobierno del Distrito Federal, y no nada más en el gobierno del panista Felipe Calderón. De allí el sentido de la frase de “Broso”, dirigiéndose a Sales Heredia: el “tigre que te has sacado en la rifa una vez más”.

El factor “bola de nieve”

Estamos ante un estratega más que un policía, que debe hacer realidad la aspiración del Gobierno de la República, de corregir lo que en lenguaje cotidiano podemos llamar: una forma caótica de atender el problema del secuestro en México. Por ello, dice nuestro entrevistado, “la idea rectora  es la de coordinación real, eficiente (…) la única manera de que esto funcione es coordinándonos realmente. Por eso surge con este nombre…”, para que haya coordinación de verdad entre varios actores...

Más adelante, Sales Heredia nos dirá los pros y los contras de su formación, su experiencia y actitud ante la vida, a la hora de trabajar con crímenes y criminales, pero de entrada, se trata de desmenuzar el problema.  

Se trata, a su juicio, del “delito más lacerante y más perturbador para una persona, porque no sólo afecta a la víctima” sino también “a su entorno social, al barrio. Tiene una especie de efectos de ondas que se extienden”. La entrevista conserva vigencia por el giro que le hemos dado y la reproducimos nuevamente aquí. 

 

– ¿Es un delito integral?

– Es un delito que cuando afecta a la persona, genera una gran inseguridad alrededor de la víctima, genera una angustia. Entonces hay que investigarlo de diferente forma, no es lo mismo entrevistar por el robo de un vehículo que entrevistar por el secuestro de una persona.

 

– ¿Estilo bola de nieve?

– Sí, lo que hay que hacer es detenerlo, interrumpir el ciclo de violencia que genera, con alta especialización, que implica investigadores profesionales, implica jefes de ministerio público con especial capacitación, psicólogos, negociadores, técnicos en informática, en telecomunicaciones. Por eso existen unidades especializadas en secuestros.

 

– ¿Tiene la Coordinación Nacional Antisecuestros esa especialización para atender el problema?

–Lo que va a hacer la Coordinación es supervisar que las unidades en las entidades federativas, como la policía y Comisión Nacional de Seguridad, cuente con todos los recursos. Claro que cuenta con ellos porque es un órgano desconcentrado de (la Secretaría de) Gobernación. Y en Gobernación está también toda la Policía Federal, que cuenta con todos los instrumentos.

 

–¿De quién dependen directamente las unidades antisecuestros?

–De las procuradurías estatales, de la Procuraduría General de la República. Buena parte de los recursos que se han destinado a las unidades especiales antisecuestro surgen de la Federación: Fondo de Aportación y Seguridad Pública, vinculado al Sistema Nacional de Seguridad Pública. La labor de la Coordinación es articular los esfuerzos, fundamentalmente de inicio diez entidades federativas que concentran el 74 por ciento de incidencia reportada en materia de secuestros y después, desde luego, el resto del país –responde, refiriéndose a “Morelos, Guerrero, Tamaulipas, Michoacán, Tabasco, Durango, Veracruz, Oaxaca, Zacatecas y el Estado de México”, los focos rojos.

 

–Líderes de organizaciones civiles han señalado que, hasta el momento de crear tu Coordinación, las Unidades Antisecuestros de varias entidades no estaban funcionando bien.

–Hay estados donde la infraestructura no es suficiente, a pesar de  los recursos y de las solicitudes de estos recursos. Deben contar –proporcionalmente– con un cierto número de integrantes dependiendo de la cantidad de secuestros que se cometan en cada entidad. Hay algunos que no tienen el suficiente personal ni equipamiento, se encuentran desmanteladas, y de lo que se trata es que se asuma compartidamente la responsabilidad de equiparlas y ponerlas a operar. Es una responsabilidad tanto de los gobiernos de los estados como del Gobierno de la República.

 

Cifras negras

 

Las declaraciones de Miranda de Wallace, con su lluvia de cifras, adquieren sentido para la opinión pública si se atiende la revelación de Sales Heredia, según el cual existe una “cifra negra”, información que no es oficial porque la gente no denuncia, no recurre a la policía por temor a que la víctima sufra a manos de sus secuestradores.

–Hay un aumento de más del 20% de 2012 a 2013. Hay que tener bien en claro que es una cifra negra muy considerable y de lo que se trata es que se vaya esclareciendo, de que conforme se vayan deteniendo secuestradores, completando órdenes de aprehensión, desmantelando bandas, recuperando botines, también la gente recupere confianza y vaya a denunciar a estas unidades especializadas antisecuestro.

 

–¿A qué te refieres con esta cifra negra?

– A que no se denuncia todo lo que ocurre. Se realizan averiguaciones previas por todos los incidentes de esa naturaleza –explica.

 

– ¿Son omisiones voluntarias?

– Sí, la gente prefiere no denunciar. Además, en ese delito, la primera condición que ponen los delincuentes es no vayas a  la policía. Entonces está el temor, la desconfianza a unas instancias policiacas y el temor de que le suceda algo al familiar, entonces toman la decisión de no acudir.

 

Incentivos perversos

 

– Declaraste cuando recién habías asumido el puesto, que muchos ministerios públicos no registraban el delito como tal…

– Hay algo perverso en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, y hay que eliminarlo: consistía en que mientras menos secuestros tenías reportados, más recursos recibías. Es decir, si el estado equis reportaba en un año 50 secuestros y al año siguiente 55, en lugar de recibir más recursos para enfrentar el delito, recibía menos.

Se debe eliminar ese incentivo perverso y al contrario, apoyar con más recursos cuando el problema sea mayor.

 

Regionalización del crimen

 

En la edición 7 de Revista Morbo (diciembre 2012-marzo de 2013) publicamos que el gobierno federal y los medios masivos diferían del uso de términos para referirse a los asesinatos presuntamente asociados al crimen organizado, así como de las cifras.  Con base en estadísticas de INEGI y PGR, en el reportaje “La violencia que vino del norte” informamos de “unos 5 mil asesinatos en el sureste, incluyendo homicidios dolosos aislados y asesinatos asociados al crimen organizado”, de los cuales 903 habrían sido “presuntas narcoejecuciones de 2005 a septiembre de 2011 según PGR”. El sureste se veía afectado por Los Zetas y la Federación de Sinaloa, sobre todo por encontrarse junto al Golfo de México, y en consecuencia haber sido zona de acción del Cártel del Golfo, cuyo ex “brazo armado” fueron ya citados Zetas.

Pero los homicidios dolosos eran un problema mayor a nivel país. Hoy, el combate al secuestro se hará de manera regionalizada según nuestro entrevistado.

 

– También has planteado la necesidad de regionalizar el combate al crimen ¿para qué?

– Regionalizarlo en función de las cinco regiones que ya se han determinado en todo el país: la noroeste, occidente, centro y sur sureste. Es claro que los delitos que crecen en Sinaloa, muy probablemente, también acontecen en Durango. Los delitos que hay en Sonora, también los hay en Chihuahua… Los que tenemos en Campeche, los tenemos en Yucatán... Las bandas se mueven por regiones, entonces hay que enfrentarlas regionalmente. con inteligencia de corte regional.

 

– ¿Qué tan importante es la región sureste en este tema?

– Donde más problemas tenemos es en Tabasco y Veracruz. Campeche y Quintana Roo están, afortunadamente, bastante tranquilos. Pero Veracruz y Tabasco tienen problemas.

 

– ¿Y Jalisco, donde había aumentado la inseguridad?

–Jalisco tiene problemas, pero no al grado de las diez entidades... Morelos es la que por cada cien mil habitantes tiene mayor número de incidencias... y bueno, Estado de México tiene seis millones de habitantes, Morelos tiene un millón 600. En Morelos repercute la estadística varias veces más que en el Estado de México.

  

Mientras que, afirma Sales Heredia, otros delitos como el “homicidio doloso, el robo a vehículos, robo a casa habitación, casi todos los delitos” han disminuido, “salvo secuestros y extorsión”. Lo que se mantiene es el factor dinero, como trasfondo, y efecto, de este delito.

Según el Centro de Investigación y Estudios en Seguridad (CIES), “la violencia y el crimen tienen consecuencias al atemorizar a los ciudadanos e impiden la cooperación social, frenan también el crecimiento económico, corroen el entramado social a nivel local” (Aguilar Rivera, José Antonio, coord.; Las bases sociales del crimen organizado y la violencia en México,  S.S.P, México, 2012).

En Las bases sociales del crimen organizado y la violencia en México, se indica el “impacto de la tasa de homicidio sobre PIB per cápita”, conforme a la “tasa de homicidios 2003-2010”. De allí se desprendía que Chihuahua encabezaba “la lista con una pérdida de 0.89 % seguido de Sinaloa que pierde 0.55 %, Nuevo León 0.52 %, Durango 0.47, Nayarit 0.39%, Coahuila 0.37% y Tamaulipas 0.33%”. En los estados de Chiapas, Querétaro, Quintana Roo, Yucatán, Puebla y México la reducción de sus tasas de homicidios había contribuido a la mejora del desempeño económico. Las entidades con poca afectación a causa del crimen en términos generales, habían sido Campeche, Distrito Federal, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, según Raúl Aníbal Feliz, en Las bases sociales… (p. 236-237).

Actualmente, reconoce Sales Heredia, “hay un impacto económico, hay impacto de percepción…”

 

– ¿Económico por lo turístico y lo empresarial?

–También, sí.

 

– Obviamente social, moral...

–Terriblemente.

 

Aumenta sentimiento de inseguridad

 

Sales Heredia atribuye el aumento del secuestro, a que “la captura y el desmantelamiento de bandas como Los Zetas, que son especialmente violentos y que estaban enfrentados a otros grupos y ese enfrentamiento ha sido combatido por el Gobierno de la República...  Entonces la captura de los capos de estas bandas es lo que ha influido. Ese desmantelamiento ha ocasionado dispersión y eso ha hecho que se muevan hacia otras conductas delictivas como la extorsión y el secuestro".

 

– La sociedad mexicana ¿sigue sintiéndose insegura, qué dicen los estudios oficiales?

– Hay estados en los que ocho de cada diez habitantes, según la encuesta nacional de victimización del INEGI, se sienten inseguros (…) Hay que trabajar en los dos temas de manera diversa. Uno es el delito y otro la percepción, pero muchas veces van aliados, como en algunas entidades. La incidencia ha crecido y la percepción de inseguridad también.

 

– El hecho de que disminuya el delito ¿no significa que el ánimo va a cambiar?

– Si disminuye el delito al cabo de los meses, va a cambiar, porque la gente empieza a sentirse más segura. Empieza a tener más confianza. Eso ha pasado en ciudades con índices terribles como Juárez, en donde la gente va al cine, ya sale... Como Nuevo León.

 

El negocio del crimen

 

El zar antisecuestros señala que “hay un negocio en el crimen, al final hay un negocio, el criminal es un agente racional en la teoría económica del delito. El delincuente se mueve en relación a los costos y beneficios. Si hay cámaras y sabe que eventualmente si roba, lo van a agarrar, él sabe que hay más costos que beneficios y simplemente no roba. Cuando sabe que las autoridades están actuando, y lo van a capturar, lo van  a meter a la cárcel, lo piensa dos veces”.

 

– Pero el negocio del crimen, entonces, ¿se mantiene en detrimento de los negocios legales?

– Si el delito se les hace rentable, van a seguir delinquiendo. El caso es elevarle al delincuente los costos, que les salga caro, que les cueste más delinquir que no delinquir. Hay que entender el beneficio situacional del delito, es decir si tú tienes un callejón oscuro, hay que iluminarlo, una esquina que hacen que disminuyan la velocidad, quitar los baches... si tienes una colonia insegura porque está sucia de follaje, mal podado porque se ocultan los maleantes, tienes que iluminar y quitar eso. En el secuestro también, tienes que elevarle los costos, hay que liberar con vida a la víctima, que es la prioridad, pero también tienes que capturar a los secuestradores, recuperar los botines.

 

– ¿Será trabajo de las autoridades nada más?

– Es trabajo de la sociedad civil también. Se va a generar un número único, para secuestros y extorciones. Ya existe uno, pero se va a genera uno nuevo y promover en una gran campaña como numero único para secuestros.

 

El humanista en los zapatos de la víctima

 

– La llegada de un humanista con experiencia jurídica, aunque también judicial, un estratega más que un policía, es lo que se ha señalado en torno a tu llegada a esta coordinación… ¿crees que un estratega, un humanista funcione más para la solución de estos problemas?

– Yo creo que la idea rectora  es la de coordinación real, eficiente, es la que siempre hemos destacado, las historias de éxito en esta materia, la única manera de que esto funcione es coordinándonos de realmente. Por eso surge con este nombre…

 

– Para que haya coordinación de verdad entre varios actores...

– Así es.

 

– Bueno, pero finalmente, Revista Morbo es un órgano de contenido social, cultural, aunque destaquemos también aspectos políticos fundamentales. Nos gustaría saber si vas a poner a dormir al artista, al humanista, ¿qué va a pasar con estas otras facetas tuyas, tan arraigadas en tu vida?

– Yo creo que cualquier acto en la vida está vinculado con nuestra vocación.

 

– Es posible no desvincularlo, pero puedes a dormir al poeta...

– Siendo coordinador, subprocurador, secretario de juzgado, y ahora, ha estado presente… (el poeta).

 

– ¿Para qué le sirve al zar anti secuestros la formación humanista, la poesía, la música…?

– Para interiorizar de otra manera el dolor de las víctimas, para ser capaces de colocarnos en el lugar del otro. Parafraseo a López Velarde: “Aunque toca al poeta roerse los codos, vivo la vida de todas y de todos…” Uno debe ser capaz de colocarse en este caso, en las infortunadas vidas de algunos.

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